https://elpais.com/deportes/resultados/futbol/champions/

Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

escándalos

  • Petro con el sol a sus espaldas (Selección de trinos en X)

    Imprimir

    1.¿Será que a Petro, a quien le gusta tanto calificar a sus críticos de "nazi", le empieza suceder lo mismo que al nazi mayor (Hitler) cuando, ante su inminente derrota y derrumbe total, sus camaradas y sus generales de confianza, como el que acabamos de leer, abandonan el barco y se bañan sus culpas con detergente?

    Este Congreso de la República tiene dos opciones frente al desastre de Petro: 1. No hacer nada y ser cómplice de la debacle. 2. Juzgarlo y destituirlo y pasar a la historia como el salvador de la democracia.

    10 feb. 2025, Visualizaciones 3.556

    2. El gobierno Petro es como el barco que hace agua porque todos sus componentes están podridos. No es por culpa de Uribe ni de las Fuerzas Armadas. Tampoco es por culpa del imperialismo yanqui ni de la Corte Constitucional ni de la Corte Suprema o del Consejo de Estado.

    No es responsable la dispersa y confusa Oposición ni los Medios ni el clero ni la oligarquía. Creo que ya queda suficientemente claro que el gran destructor es el propio gobierno.

    Petro y su núcleo duro de incondicionales e ineptos se están autodestruyendo. La rampante corrupción los corroe como un ácido.

    Perjudican el país el capitán del barco, ministros que no saben hablar pero si destrozar como el de Defensa, el de Salud, la de Trabajo, los que no ejecutan el presupuesto, los que nada hacen, los que aprovechan para meter sus angurrientas manos en nombramientos y recursos.

    La caricatura del coronel Aureliano Buendía es víctima del chantaje de Sarabia y Benedetti. Es tan putrefacto el ambiente que hasta la Vicepresidente expresa su enojo y la de Ambiente se pone digna.

    El barco naufraga o el edificio cae a pedazos, y no queda sino esperar si sus moradores se van a inmolar o serán sacados del derrumbe antes de que todo se dé por perdido.

    5 feb. 2025, 1.003  Visualizaciones

    3. De los problemas más graves que he detectado en el gobierno Petro, es el que tiene que ver con el sentido de lo que dicen el propio presidente y el ministro de Defensa. La impresión es que no logran expresarse y enredan el orden de las palabras o estas se usan inadecuadamente.

    Muy grave en ambos personajes por la alta y delicada responsabilidad de los cargos que ejercen. De la que se ha llamado verborrea o verborragia de Petro ya se ha hablado con suficiencia.

    Pero del MinDefensa poco, siendo como es el jefe de la seguridad y de las tropas, el que debe relacionarse con los oficiales y comandantes de fuerza. No es que sufra de dislexia o afasia u otro problema de articulación mecánica, sino, y lo digo a título de hipótesis, de Apraxia. Como no soy fonoaudiólogo ni neurólogo, busqué (como recomienda el eterno candidato Fajardo) en Google y esto encontré

    "El hipérbaton es una figura de dicción consistente en la alteración del orden usual de las palabras de un enunciado... a diferencia de la anástrofe y la tmesis, la alteración del orden usual de las palabras de un enunciado se debe a la intercalación, en el seno de una unidad sintáctica, de elementos que no forman parte de la misma. Esta intercalación provoca asimismo la dislocación de los constituyentes del sintagma y la ruptura de las relaciones de contigüidad... La apraxia adquirida del habla puede ocurrir a cualquier edad, aunque generalmente afecta a los adultos."

    Un ejemplo: Qué tal una orden así dicha: Señores generales, tienen Uds. el deber, en el marco de la seguridad, de comprender como yo se los doy a entender, que, los colombianos, para la eficacia, del proceder que en Uds. esperan, cuando a la acción se dedican..."

    Yo lo llamaría: un enredajo.

    Demasiado peligroso, además se le nota la lentitud al hablar, lo que le hace perder oportunidad, coherencia y precisión a lo que quiere expresar. (Mientras da la orden de disparar, al soldado), mientras da la orden al soldado de disparar al enemigo, lo dan de baja.

    O esto que dijo Iván Velásquez en el reciente sainete televisivo sobre la operación en El Plateado Cauca: "“el gobierno no ha entrado a El Plateado porque no ha habido una decisión articulada del gobierno”.

    6 feb. 2025, 250 Visualizaciones

    4. Ver para creer, hasta ahora Petro parecía invencible. Muy eficaz para tapar sus errores, sus metidas de patas, sus escándalos de corrupción, escalonando cada episodio con otro.

    Daba la impresión de ser un gran escapista, huía hasta de su propia sombra.

    Pero, a Petro le ocurre lo que a los marranos, les llega tarde que temprano su diciembre.

    De su propia creación, con el show o reality del 4 de febrero, Consejo de Ministros en vivo por todos  los canales y en horario AAA, quedó al desnudo ante el “pueblo”.

    No tiene cómo ni con qué tapar su condición de “secuestrado” según expresión de Francisco José Lloreda. Nombrar en altos cargos de estado a dos personas tan cuestionadas como la Sarabia y Benedetti solo puede ser realidad porque le guardan un secreto o un inmenso “tapado”, es el precio no de la lealtad sino el costo del silencio.

    7 de febrero de 2025, 251 Visualizaciones

    Darío Acevedo Carmona, febrero de 2025

  • Barcos que naufragan

    Imprimir

    Para un amplio sector de columnistas y líderes opositores al gobierno del presidente Gustavo Petro los escándalos que han causado el deterioro de la imagen del gobierno y del primer mandatario tienen su origen en el entorno que lo rodea y en la persona misma del presidente.

    Las expresiones de malestar de la ciudadanía lejos están de la virulencia, el extremismo y la violencia de las promovidas, organizadas y azuzadas por el petrismo y las izquierdas radicales   durante el gobierno Duque a quien exigían renunciar en sus movilizaciones y derrocar en el ensayo insurreccional de 2021. Las movilizaciones del presente, por el contrario, se han caracterizado por su pacifismo y espíritu civilista. Una foto para la historia es el mejor argumento para demostrar lo que decimos. Un grupo de policías del Esmad o policía antimotines, se ven sentados alrededor de una estatua dentro del edificio del Congreso mientras en la plaza de Bolívar desfilan miles de miembros de la reserva activa de las Fuerzas Militares y de Policía y ciudadanos en protesta contra el gobierno Petro. Ni en esa ni en anteriores marchas y concentraciones realizadas en varias ciudades hubo desórdenes ni piedra ni incendios ni destrucción de instalaciones policiales ni enfrentamientos fatales como los promovidos por la primera línea en Colombia en 2021.

    Toda la bulla, todo el descontento actual, nace como lógica manifestación de rechazo con los desvaríos, errores, proyectos destructivos, improvisaciones, ignorancia de la función pública y del manejo de las instituciones, del irrespeto a la institucionalidad, de los choques  con las otras ramas del poder del estado, de las mentiras, del nepotismo, de las amenazas, del estilo pendenciero de Petro, de las denuncias explícitas y sugeridas de sus alfiles sobre malos manejos de dineros en la campaña presidencial, de su cercanía y favorecimiento a grupos armados guerrilleros y de mafias y criminales comunes. En fin, se cosecha lo que se siembra.

    Algunos sectores piden la renuncia de Petro, esa consigna en sí misma no constituye una acción ilegal, debe leerse como una reacción ante la evidencia de tan malos procederes y pésimos resultados. Por otra parte, nadie les ha negado el derecho que tienen a defenderse todos los que están involucrados en los escándalos de corrupción, ni el hijo de Petro, ni él mismo ni ninguno de sus funcionarios caídos en desgracia.

    Esto nos debe llevar a dos conclusiones, no es correcto que el gobierno y quien lo preside asuma una actitud de autovictimización o de autoexpiación de culpa diciendo que los mandatarios de antes cometieron iguales desmanes. La discusión no tiene porqué girar en torno a si hay o no garantías para los señalados, sobre si es legal o ilegal el manejo que se le está dando a la situación, puesto que todos los pasos dados no han rebasado los límites de la legalidad.

    Por eso, las palabras pronunciadas por el expresidente y jefe del partido Liberal, César Gaviria Trujillo al fijar como un deber de los colombianos “luchar para garantizar que el mandato de Petro vaya hasta el 2026…” Han causado gran revuelo y desconcierto. No es para menos porque no hay señales de un complot que tenga por fin “tumbar” al presidente o darle un golpe de estado. Reiteremos, todos los elementos de la crisis que atraviesa salen del interior del gobierno.

    ¿Qué busca, entonces, el capitán del resquebrajado y dividido partido liberal? ¿Retomar el liderazgo perdido de su partido venido a menos bajo su dirección? ¿Busca firmar una alianza con Petro sirviéndole de salvavidas? ¿Naufragar dándole la mano a quien se arrojó a aguas profundas sin saber nadar?

    No se entiende ni se ve bien que uno de los partidos, sostén con el conservatismo desde mediados del siglo XIX de las instituciones que nos han regido, que uno de los dos partidos tradicionales fustigado por las izquierdas armadas y civiles como estandarte de una sociedad esclavista y de una oligarquía sanguinaria, salga en defensa de un gobierno que se destruye a sí mismo, de un presidente que no es víctima de una oposición violenta, y que se consume en el fuego de sus incoherencias, yerros e incapacidad y de las denuncias de su hijo y de su jefe de campaña.

    Darío Acevedo Carmona, 13 de agosto de 2023