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petro

  • Huele a conspiración en el campo izquierdo

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    Son varias las movidas del presidente Petro y miembros de su camarilla orientadas a dar un golpe de estado. El alegato justificador unido a las amenazas y a las declaraciones ya sin tapujos que hablan de prolongar el mandato presidencial o de imponer la reelección indefinida se expresa sin tapujos y sin ningún rubor.

    El jefe de la conspiración llamó a su partido y a sus aliados en el Pacto Histórico a convocar a las masas, un grupo de ocho (8) partidos gobiernistas hablan de la realización de una asamblea nacional el 18de julio, muy cercana a la apertura de sesiones del Congreso.

    Quieren anular la constitución del 91, ¿por qué, se preguntan algunos? Porque simple y llanamente el proyecto de esta gente no es democrático, es todo lo contrario. Ellos usan la palabra para escudarse y disimular su verdadero propósito de convertir a Colombia en una dictadura con el apoyo de asambleas que, supuestamente, constituyen el pueblo.

    Así, Petro y su camarilla eludirán su obligación de responder ante los gravísimos hechos de corrupción en que están comprometidos todos sus miembros. Actitud que los leninistas del mundo justifican en nombre de su revolución, en cuyo nombre se vale asesinar enemigos, secuestrar, extorsionar, robar dinero del erario, violar los derechos humanos, etc. Y en segundo lugar, dar el paso a una nueva institucionalidad, con el espejo de Cuba, Venezuela, Nicaragua como fuente de iluminación.

     Que no nos quepa la menor duda a los colombianos, pero sobre todo, a quienes aún creen posible llegar a acuerdos con un gobernante que ha roto todos los diques. Petro usa sus destrezas oratorias para azuzar a las comunidades, a “su pueblo”.

    Ha logrado convertirse en el líder supremo de las izquierdas del país y atraer a algunos políticos progre, paniaguados a quienes solo les importa llenar sus bolsillos.

    Petro quiere tapar la podredumbre que emana de la evidente corrupción en que está inmerso por obra y gracia de sus funcionarios y conmilitones.

    Es hábil en la vieja táctica castrista de echarle la culpa de sus delitos y fracasos a sus opositores. Invierte el orden de responsabilidades cuando dice, por ejemplo, que son las EPS y no sus proyectos estatizantes y sus maniobras que las asfixian, las causantes del cierre de ellas.

    Petro se está saliendo con la suya generando un gran caos en todas las esferas públicas acusando a los empresarios, atacando a la oligarquía, persiguiendo al expresidente Uribe, y, llamando e incitando a la masa, a la multitud a un proceso constituyente.

    Utiliza los dineros del erario para financiar su aventura revolucionaria a la vez que adorna e invisibiliza con su ideología igualitarista el robo a ojos vistos que realizan sus más cercanos.

    Petro está azuzando y propiciando, a sabiendas, una guerra civil con sus convocatorias al “poder popular”, lo que nos puede llevar a un baño de sangre nunca visto en nuestras pasadas tragedias.

    Las noticias sobre su putrefacta y desastrosa gestión, sobre e su inminente destitución por indignidad, su escandalosa corrupción, serán opacadas por la movilización de sus huestes, por las deliberaciones de asambleas comunales, por el muy factible cierre del Congreso, por el juicio al expresidente Uribe, por los “avances” en la elaboración de una nueva constitución y sus contenidos y principios socialistas.

    Ya vemos en acción a viejos filibusteros que se quieren renovar subiéndose al tren de la revolución. Y llegan en auxilio del cuestionado mandatario las temibles guerrillas, la primera línea financiada, las recolonizadas guardias indígenas, afro y campesinas.

    Ante un panorama tan horrible, ante la inminencia de esa demolición de nuestra historia de nuestra democracia y de nuestras libertades, será necesario esperar a que nos den más pruebas de sus malignos planes, para reaccionar y, en consecuencia, organizarnos y movilizarnos?

    Más vale, porque nos está llegando la más oscura noche de nuestra historia.

    Darío Acevedo Carmona, 1 de junio de 2024

  • Juicio por Indignidad no es golpe

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    Es el presidente Petro quien, en su afán de nunca responder o explicar los escándalos provocados por sus familiares, conmilitones y aliados, escudándose en su vaporosa ideología y remitiendo todas las culpas al pasado, ha instalado en el ambiente político el fantasma de un golpe de estado detrás del cual estarían la oligarquía, los poderosos, los medios, los políticos tradicionales, los en verdad corruptos, etc., etc.

    Y prevalido de ese artificio propagandístico se dirige a las comunidades diciéndoles que deben estar alerta para enfrentar ese “golpe” y amenazando a sus supuestos organizadores con el “ni se atrevan”, “que no se les ocurra” porque entonces, sugiere, el pueblo que considera de su propiedad, “mi pueblo”, se lanzará a las calles como en ocasiones anteriores, para evitarlo.

    De esa burda y malintencionada manera, Petro, a la vez que evade su responsabilidad en los hechos de dominio público notifica a los colombianos que él es un inamovible e inimputable, Es decir, que está por encima de la ley.

    Los hechos de amplio dominio público van desde las declaraciones de ingreso y manejo de altas sumas de dinero de origen dudoso que ingresaron a su campaña como a los bolsillos de su hijo Nicolás, hasta el relativo al miserable engaño y robo de recursos destinados a la sedienta población guajira.

    En el curso de los hechos, un abogado experto en denunciar a quienes violan las normas electorales y a quienes ocupan con indignidad cargos de elección popular, el Doctor José Miguel Abuchaibe, guajiro él, ajeno a la actividad proselitista, fue el que interpuso en mayo del 2023 una demanda por INDIGNIDAD contra la campaña presidencial de Gustavo Petro y Francia Márquez. Lo hizo después de examinar las cuentas presentadas por el gerente de esta, el actual presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, y descubrir que se había sobrepasado los topes de gastos contemplados en la ley electoral. La suma descubierta hasta ese momento no era muy considerable, pero, era suficiente para justificar el inicio de una investigación por parte de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes.

    El sr Roa, corrió a revisar y a hacer ajustes al informe de gastos, pretendiendo desactivar la denuncia. Sin embargo, en este año transcurrido varias cosas que es pertinente mencionar, ocurrieron. Lo primero es que, en la susodicha Comisión de Acusaciones, el presidente Petro cuenta con una aplastante mayoría de congresistas que se dedicaron a traspapela y a dilatar la investigación, violando el debido proceso.

    En segundo lugar, varias nuevas irregularidades salieron a flote: aportes  de sindicato de maestros, Fecode, de la USO y pagos a centenares de testigos electorales no declarados, y el más reciente del avión enredado en temas de narcotráfico puesto al servicio de a campaña Petro Presidente y a las de algunos congresistas del Pacto Histórico. También, la intervención del Consejo Nacional Electoral que está ad-portas de presentar un documento de acusación contra la campaña por superación de los topes. La denuncia tomó, entonces, mayor validez a los ojos de la opinión pública.

    Pero, lo que le ha dado celeridad al trámite investigativo en la Comisión de Acusaciones, fue la denuncia interpuesta por el Dr Abuchaibe ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, por violación del debido proceso, que se hizo sentir en Corte Suprema de Justicia. Este órgano judicial, encargado de procesar a los miembros del Congreso, inició proceso contra los integrantes de dicha Comisión por prevaricato y obstrucción del debido proceso. Las marchas  masivas de gentes de todas las clases y condiciones en todo el país, a su vez, han dejado sentir su peso.

    La consecuencia es que la Comisión de Acusaciones avanza por estos días en lo que es su deber, llamar a testigos, revisar cuentas, recibir el informe del Consejo Nacional Electoral y preparar el informe, no su juicio, a la Cámara de Representantes en pleno que habrá de tomar una decisión.

    El juicio, cabe aclarar, no es de carácter penal, sino que es un juicio por indignidad, por violación del artículo 109 de la Constitución que, de resultar condenatorio obligaría a la renuncia del primer mandatario. Siendo así las cosas, lo que se insinúa contra el presidente como un hecho indetenible no es un golpe blando, mucho menos, duro, sino un procedimiento legal contemplado en la Carta de Derechos del país.

    He aquí el contenido del artículo 109 modificado por el artículo 3 del Acto Legislativo 1 de 2003, que además nos da la sensación certera de que nadie, absolutamente nadie, en una democracia, puede considerarse por encima de la Ley: “…la violación de los topes máximos de financiación de las campañas, debidamente comprobada, será sancionada con la pérdida de investidura o del cargo…”

    Darío Acevedo Carmona, 8 de mayo de 2024

  • Petro imita a Chávez, constitución en peligro inminente y Dìa del trabajo distorsionado

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    Petro con su apelación demagógica al "pueblo" pretende abolir de facto varios artículos de nuestra Constitución 109 relativo a violación de topes de campaña, 374 a 379 sobre requisitos, y formalidades para reformar la constitución. Petro se autonombra intérprete de ese pueblo que va a las plazas para hacer añicos la constitución vigente. ¿Estará ensayando, como en 2021, un golpe de estado apoyado por lo que él llama "un proceso constituyente popular" que según él, está por encima de la Carta que nos rige.

    La irresponsable, aventurera, revolucionaria e incitadora intervención de Petro hoy 1° de mayo, debe ser vista y recibida como la más clara prueba de su intención de mantenerse en el poder más allá de 2026. ¿Necesitan algo más contundente los que aún dudan de la catadura dictatorial de Petro, quienes aún no se deciden o no quieren entender que llegó el momento de sumarse a la lucha contra la imposición del fracasado socialismo bolivariano en Colombia?

    Una marcha o una concentración, por masiva y vocinglera que sea, no podrá absolver los abrumadores hechos de corrupción en que están involucrados el presidente y varios de sus más altos funcionarios. En Colombia, la masa no reemplazará a los tribunales y a los jueces.

    Darío Acevedo C. 1° de mayo de 2024

     

    Día del trabajo distorsionado

    El primero de mayo en Colombia y en la mayor parte del mundo es un día dedicado a los trabajadores, a la clase obrera y al trabajo a través del cual se honra la memoria de las víctimas masacradas durante una huelga en Chicago, USA, en 1886. Es, por tanto, una jornada conmemorativa en la que los asalariados desfilan con sus consignas, sus banderas y sus cánticos.

    En nuestro país se reconoció como día festivo de carácter cívico en el año 1937 por iniciativa del senador, intelectual socialista y liberal Gerardo Molina. Quiero resaltar un hecho inmodificable que da cuenta de la singularidad de dicha fiesta, la misma que es aplicable a cada día-homenaje a muy definidas personas y hechos a los que se les otorga un gran valor o significancia histórica

     Quiero decir, el 1° de mayo es el día del trabajador o del trabajo y no el día de la raza o el de la independencia nacional o el de una batalla. Esas características son inalterables.

    De modo que, la pretensión convertida en hecho por el presidente Petro de hacerse presente en los actos de ese día al lado de los sindicatos es una absoluta intromisión en cuanto el cargo que él representa nada tiene que ver con lo que se evoca y rememora. Significa, ni más ni menos que Petro al alterar con su presencia oportunista con la que busca generar apoyos populares a su fallida y desastrosa gestión, no solo distorsiona la esencia de esa jornada, si no que termina siendo un insulto a sus verdaderos protagonistas.

    Como si fuera poco el daño que ocasiona con su burdo papel de agitador de masas, Petro, el gran neocolonizador de comunidades indígenas a las que ha corrompido con su ideología trasnochada y fracasada, trae, otra vez, a Bogotá, a la guardia indígena que nada tiene que ver con la efeméride de los obreros. De esa manera, es múltiple el daño y el insulto que se encierra al impregnar el festivo en beneficio personal.

    Por ello, merece un aplauso la Confederación General del Trabajo, CGT, por su digna decisión de no marchar con el presidente y no dejar desdibujar un día que es de los trabajadores y solo de ellos.

    Darío Acevedo Carmona, 30 de abril de 2024