Estamos a un año y medio del fin del mandato de Gustavo Petro, a un poco menos de las elecciones para congreso y presidente de la república, y ya en los sondeos de las firmas encuestadoras empiezan a figurar los aspirantes a reemplazar al actual presidente.
No me voy a referir a todos que están el partidor sino al problema que considero más sobresaliente entre los que preocupan a la población colombiana. Hasta ahora, casi todos se han distinguido por criticar con vehemencia y en veces con virulencia la gestión del primer mandatario. Abundan los adjetivos descalificativos, la retórica de impacto, los llamados “memes”, la ironía, el asombro y hasta las sensaciones de miedo ante el desastre que, con probada eficacia, está adelantando el presidente Petro.
Y no es que eso sea desestimable, pues, en la acción política nada es descartable aunque algunas cosas pueden resultar indeseables o insuficientes para alcanzar una meta. Factor a tener en cuenta es que, a la fecha, la decepción de la ciudadanía con Petro alcanza cerca al setenta por ciento mientras su aceptación ronda el treinta por ciento, muy alto en mi parecer si se tiene en cuenta las escandalosas situaciones de corrupción campante en que se han visto involucrado el alto gobierno, sumado a sus desatinos, a su demostrada ineptitud para gobernar, entre otros males y deficiencias.
Pero, creo que ha llegado el momento de dar un paso que supere, sin desestimar del todo lo que se ha hecho, en el sentido de empezar a formular el programa que se piensa realizar en el periodo 2026-2030. Es en ese terreno en el cual podemos medir que tan serias, realistas y fundadas son las propuestas de cada uno de los aspirantes.
En el camino que se abre, es necesario manifestar cómo conciben resolver el problema, muy preocupante, de la dispersión de las fuerzas opositoras en el entendido que si esa dispersión persiste será muy difícil derrotar al candidato continuista. No hay un partido o movimiento o un candidato suficientemente posicionado para liderar a toda la oposición. Por ello es clave y prioritario construir unos acuerdos básicos sobre la política de alianzas.
Por otra parte, los candidatos deben precisar qué políticas en concreto piensan ejecutar en planos tan diversos como la economía, la seguridad, las relaciones internacionales, la salud, la paz, y estructurar, sustentar y divulgar sus propuestas en cada una de esas áreas. Por ejemplo, qué harían frente a leyes y decretos aprobados por el gobierno Petro. Todo ello en el marco de unas ideas centrales que deben significar la filosofía, la visión, la misión y los objetivos del nuevo gobierno.
El daño que Gustavo Petro ha causado a Colombia es profundo y por eso, en la misma medida de profundidad debe proceder su sucesor si quiere enderezar el rumbo del país. Mencionaré algunos temas, que me parecen insoslayables.
En materia de relaciones internacionales restablecer las relaciones rotas con Israel, descompuestas o enturbiadas con Estados Unidos, romper todo tipo de lazos con gobiernos y movimientos que sean o favorezcan el terrorismo, desactivar o no las nuevas embajadas creadas por el actual gobierno. En suma, rehacer la política exterior y mejorarla.
En el área de seguridad y defensa, los candidatos deben hablar con precisión sobre la manera de fortalecer a las Fuerzas Armadas, de diseñar una política de defensa que deje en claro los términos de la confrontación con grupos guerrilleros y otras estructuras armadas irregulares e ilegales, así mismo los lineamientos de una política de negociación y sometimiento en las que quede claro el rol supremo del estado y que conduzcan a la paz real. Vale preguntar ¿qué harán frente a la ausencia de altos oficiales experimentados que fueron llamados a calificar servicios para debilitar el mando? Cómo van a restablecer los servicios e instancias de inteligencia? Qué alianzas o acuerdos van a impulsar?
Sobre la falsa paz Santos- Far-ep, y los compromisos firmados qué se hará?, qué se planteará ante el Consejo de Seguridad de la ONU, sobre la JEP?, sobre los comandantes responsables de crímenes de lesa humanidad y de guerra? Hay muchos más asuntos de gran calibre que requieren ser abordados por los aspirantes, estamos aún a tiempo, pero, de buen recibo sería escuchar de su parte qué medidas ejecutivas tomarían el 7 de agosto y primera semana de gobierno 2026.
Darío Acevedo Carmona, 12 de febrero de 2025