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tutelas contra presidente

  • Entre cortinas de humo y un golpe de estado imprevisto

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    Debemos ser cuidadosos al hablar de las cortinas de humo que lanza el presidente Petro para tapar un escándalo con un tema controversial nuevo. ¿Por qué lo digo? Porque esas cortinas no son desdeñables ni desechables, no dejan de ser armas a discreción que pueden hacerse realidad.

    Por ejemplo: con la opinión pública entretenida discutiendo sobre la consulta popular, la asamblea popular constituyente y la desconfianza sobre la Registraduría en las elecciones de 2026, uno se puede preguntar ¿Y en dónde quedó la explicación debida sobre el viaje a Manta el feudo del gran capo ecuatoriano hoy preso, pedido en extradición por EE. UU. y que podría tener muchos secretos e informaciones que de ser reveladas causarían un terremoto grado 8.5 en la escala Ritcher?

    ¿Y dónde queda la explicación sobre el tema de los pasaportes?

    En este escenario es en el que Petro puede morderse la cola, enredado en sus propias artimañas. No obstante, las cortinas que sacó a relucir: consulta, constituyente y Registraduría, siguen siendo una amenaza contra nuestra democracia.

    ¡Atentos porque Petro es un as como cortinero!

    Colombia amanece bajo un golpe de estado real protagonizado por el proyecto de dictador que expide un decreto que lo protege frente a una supuesta persecución del Consejo de Estado, una de las principales cortes judiciales de nuestra república, herida por el hachazo (decreto para quitarle la revisión de tutelas contra el presidente) que el sinuoso ministro de Justicia, Montealegre, le ha dado a la Constitución y a la separación de poderes.

    Cuando el gobernante procede como Petro es porque busca crear un escudo, en su caso, para evadir su responsabilidad sobre los graves hechos de corrupción de sus círculos de poder, y ocultar la incompetencia y la ignorancia crasa en el manejo de la cosa pública, es decir, del estado, al que ha convertido en una especie piñata donde todos llegan a romper la canasta de sorpresas.

    Petro afirma que el pueblo ha derrotado el golpe impulsado por su exministro de confianza, Leyva, la extrema derecha de Colombia y la de Estados Unidos. A pié juntillas sigue el libreto del socialismo bolivariano que consiste en revivir una retórica antidemocrática, antilibertaria y pro dictatorial que ha fracasado donde quiera se ha impuesto.

    Con el oscuro personaje que es Montealegre y sus jugadas para entronizar dos magistrados de su resorte en la Corte Constitucional, cree poder frenar, asustar y atomizar a las fuerzas de oposición y hacer ver su golpe como una medida normal.

    Colombia se encuentra a un ínfimo paso de perder su democracia, su libertad y su constitución a manos de un empedernido seudosalvador, de una persona embriagada en sus propios sueños de grandeza, que respira odio, división, confrontación permanente.

    Su proyecto estipula la destrucción de nuestra historia, de los símbolos patrios, del estado de derecho, de nuestras relaciones internacionales  de establecer lazos con grupos y  organizaciones terroristas como Hamas y Hezbollah., tender puentes sólidos con dictadores y dictaduras como las Cuba, Venezuela y Nicaragua.

    Este golpe de estado, hay que decirlo una y mil veces, es avalado y aplaudido por su movimiento político el Pacto Histórico que hundido en el pantano de la corrupción aplaude a rabiar el accionar de un gobierno lumpenizado.

    Coda: ¿Revelará Laura Sarabia lo que tiene guardado?

    Una opinión sobre el caso Petro-Sarabia: el enredo comenzó con un asunto en sumo grado turbio, el movimiento de maletas con dinero en efectivo, una de las cuales supuestamente fue robada por la empleada de la señora Sarabia, a la que le ordenó practicar el polígrafo prueba que solo se puede realizar con órdenes de autoridad judicial. En el entramado están involucrados coroneles de la Policía y algunos agentes. El coronel Dávila, se dice, se suicidó dejando a su esposa e hijos en orfandad y muchas dudas sobre la veracidad.

    Luego sobrevino el escándalo de amplio conocimiento, la pelea entre Sarabia y Benedetti que puso en nerviosismo al presidente, dada la gravedad de las afirmaciones y amenazas de este último en el sentido de contar sobre el ingreso de dineros a la campaña presidencial de Petro.

    Primer resultado, ambos funcionarios salieron del gobierno, pero dejando, eso sí, la inmensa duda de que ahí no se calmarían las aguas turbulentas. Dinero en maletas sin saberse la procedencia, muertes, extralimitación de funciones, etc. podían aclararse en cualquier momento. Por tanto, era necesario, para Petro, evitar que el asunto renaciera y entonces procedió a renombrarlos en cargos de importancia.

    La estrategia era clara, amarrar lenguas acercándolos al gobierno, desgastarlos, dejar que a sí mismos se anularan o se enlodaran. Maniobra habilidosa de Petro. Tanto Benedetti como Sarabia, tienen a sus espaldas acusaciones muy serias.

    De esa forma, Petro, corroborando que es un artista de la astucia para tapar su oscuro estilo, obtuvo el sellado de lenguas. Por eso no creo que Benedetti, hoy muy perfilado para alcanzar la reelección de su jefe, ni Sarabia, vayan a hablar de lo que no declararon en el momento indicado. No por lealtad sino por interés personal y salvaguardar lo logrado.

    Darío Acevedo Carmona, julio de 2025