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elecciones

  • Unidad, organización y lucha

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    Las diversas expresiones de la oposición al presidente Petro han adelantado un diagnóstico certero, profundo, claro y sistemático sobre el mandatario, su gobierno y sus proyectos. Lo han hecho de manera efectiva hasta el punto de arrojar pleno entendimiento sobre su carácter desastroso, peligroso y dañino, de tal forma que se puede afirmar que a este nivel la tarea se ha cumplido a cabalidad y hay que seguirla haciendo.

    Tenemos el diagnóstico, pero nos hace falta el remedio, quiero decir, el diseño de una política estratégica que defina en lo táctico el proceder, los métodos de acción, la indispensable unidad, la necesaria organización y el camino a seguir para alcanzar la meta de derrotar por vía electoral o de juicio político al presidente Petro.

    Es algo similar a lo que las atomizadas y divididas fuerzas de izquierda predicaron, aunque lo hayan logrado al cabo de décadas, expresado como consigna motivadora que no es propiedad de ninguna tendencia o movimiento: Unidad, Organización y Lucha.

    Estamos a tiempo aunque deberíamos haber recorrido ya un camino en esa dirección. La situación no es la mejor, desafortunadamente, hay celos, rencores, desconfianza, además de un preocupante cuadro de dispersión y atomización. Voces aisladas han llamado, sin eco, a hacer una reunión. Y es lo primero que hoy es preciso realizar.

    Partamos de la existencia de una opinión consciente del peligro que enfrenta el país con el presidente Petro al mando y sus pretensiones de demoler la institucionalidad para mantenerse en el poder. Y aunque difuso, también de un clamor por la unidad. Los dirigentes de partidos como el Centro Democrático, Cambio Radical y sectores de otros como el partido Verde, el liberal, el conservador, de la U y sectores que se mueven con mucha propiedad en las redes, tienen el deber de acoger y responder a ese clamor, ser capaces de deponer prejuicios y malos recuerdos y convocar esa reunión.

    En la reciente convención liberal, el expresidente César Gaviria quien salió reelecto director del partido por abrumadora mayoría, hizo una declaración categórica contra Petro y sobre la necesidad de la unidad. Así mismo, en calidad de invitada, la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, en emocionado discurso manifestó la idea de la unidad con el liberalismo y otros partidos para recuperar el rumbo y evitar un mayor desastre.

    Pero ¿cuál sería la agenda de ese evento deseado? Decirlo es fácil, mas no cumplir el objeto. Se trata ante todo de ponerse en pie de igualdad sin desistir de la independencia de cada una de las fuerzas, igualdad en el sentido de que ninguna de ellas, en la hora actual, está en capacidad de derrotar el proyecto castrochavista de Petro. De ahí se debe pasar a la definición de un programa y unos objetivos comunes en los que se refleje las aspiraciones de la población, recuperar y sanar el daño causado por el Pacto Histórico a la democracia, a las libertades, a la separación de poderes, a la economía, a la convivencia a la Fuerza Pública.

    Un tercer tema es el referido al qué hacer de aquí en adelante. La idea que ha de regir esa definición es que se marche siempre juntos por el mismo derrotero, movilizaciones de calle, huelgas y paros, denuncias internacionales, iniciativas judiciales, agotar el camino de la destitución legal por exceso de topes en la campaña presidencial de Petro sin detrimento de prepararnos para las elecciones de 2026.

    Este último punto  tiene relación con las reglas del juego de la participación electoral en la contienda por el Congreso y en la presidencial. No es fácil pero tampoco imposible. Debe entenderse que este es un proceso hacia la construcción de un amplio frente o alianza de fuerzas democráticas y libertarias en el que cada una conserva su independencia y autonomía y a la vez se compromete con unos acuerdos. Esa alianza requerirá de una comisión coordinadora que funcione permanentemente.

    La Unidad habrá de aclarar la manera de participar en la campaña para congreso: ¿cada integrante de forma separada o en alianzas?  Para la presidencial se parte de la no existencia de un candidato, que tenerlo es uno de los objetivos más importantes. Que cada partido o movimiento lance uno o varios candidatos en disputa interna, como lo acaba de hacer el Centro Democrático, que luego, después de un trecho recorrido, cada fuerza presente su candidato y todos los que resultan entren en una competencia reglada para alcanzar el banderín. El tiempo máximo de tal definición no puede ir más allá de las elecciones legislativas.

    No escribo estas notas en nombre de un partido o movimiento, lo hago porque estoy  convencido de que no hay salvación posible respecto de la amenaza que significa la permanencia del proyecto Petro en el poder si no nos unimos si no nos organizamos y si no luchamos juntos.

    Darío Acevedo Carmona, 2 de noviembre de 2024

  • Turbulencias políticas en Latinoamérica

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    Intensas movidas estamos presenciando en las últimas semanas en la región latinoamericana. El saldo por ahora, aunque no marca una tendencia definitiva, si se inclina a favor de las fuerzas democráticas y libertarias que se enfrentan a aquellas que gobiernan dictatorialmente como en Venezuela o están en manos de agendas populistas de izquierda como es este mismo país y Argentina.

    Mientras en Brasil la pretensión del liberal radical Jair Bolsonaro salió derrotada por un Lula desprestigiado y salvado de las aguas penales por un artilugio procesal que no lo eximió de su responsabilidad, en Paraguay con Santiago Peña se consolidó la democracia y, más recientemente en Ecuador, el correísmo recibió una gran paliza ante el joven Daniel Noboa.

    En Argentina si bien Javier Milei no salió avante en primera vuelta, tiene más posibilidades de incrementar su votación si logra un acuerdo con Patricia Bullrich, en tanto el candidato kirchnerista con el que se verá en duelo en segunda vuelta, carece de aliados.  

    En todo caso, a quienes defendemos la democracia y las libertades, la propiedad privada y la creación de riqueza y empleo, nos debe quedar claro la monumental dificultad para desbancar por la vía electoral a regímenes populistas y estatizantes que han condenado a la sociedad a la miseria y a la denigrante función de mendigar del estado bienes que antes se obtenían con el propio esfuerzo y trabajo.

    En Venezuela, a pesar de la hostilidad, amenazas y vetos de la dictadura de Maduro en contra de Corina Machado, la más opcionada y más votada en las primarias del domingo 22/octubre con más de un 94 por ciento de votos en la coalición, las cosas siguen estando muy oscuras ya que el dictador Maduro es consciente que en las definitivas elecciones presidenciales de 2024 ella es la rival que pondría en peligro su permanencia en el poder. La presión del gobierno estadounidense podría deshacer el nudo gordiano creado por la funesta alianza de los chavistas con las fuerzas armadas, con las guerrillas colombianas y con el narcotráfico.

    Por ahora y a la expectativa de un triunfo de la oposición democrática y libertaria en Argentina, el dulce se ha puesto a mordiscos para los regímenes populistas de izquierda y los movimientos amparados por el Foro de Sao Paulo que tienden a debilitarse.

    En Colombia este domingo 29 de octubre tendrán lugar las elecciones regionales en las que se elegirá a 32 gobernadores, más de mil cien alcaldes, centenares de concejales y decenas de diputados, además de ediles. La contienda se perfila como el escenario en el que el criticado gobierno de Gustavo Petro mide fuerzas con partidos de oposición, campo en el que se destaca el Centro Democrático liderado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, y en el que otros partidos y movimientos nacionales, regionales y locales han postulado sus candidatos.

    Será ocasión para establecer que tan sólida es la alianza del Pacto Histórico de Petro, una agrupación de sectores de izquierda y extrema izquierda, con partidos y grupos disidentes del liberalismo y el conservatismo que a cambio de puestos han decidido acompañar a un gobierno que, en un año largo de mando según las encuestas, ha visto reducido de manera significativa el apoyo de la población, y qué tan oxigenada puede resultar la oposición.

    Se palpa en el ambiente la idea de que este certamen electoral ha opacado una estrategia de confrontación más frontal y de choque a la espera de su resultado. Si este, como es la expectativa, es muy positivo para la oposición, por ejemplo, si recupera las alcaldías de las grandes capitales departamentales como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga y se mantiene la de Barranquilla, y se obtienen algunas gobernaciones claves como Antioquia, Cundinamarca, Valle, Atlántico y Santander, se habrá creado la condición para dar un salto cualitativo en las formas y objetivos a emplear en la confrontación al gobierno Petro.

    La Oposición estará obligada a señalarle a sus bases y a la población en general que es la hora de forjar una plataforma unitaria que trace el rumbo a seguir, tanto para evitar que los desastrosos proyectos de Petro salgan avante, como para convocar a una movilización más activa, pacífica sí, pero, más persistente y contundente que tenga por objetivo central la derrota del proyecto populista de Petro, de su pretensión de extender su mandato, de recuperación social y económica, de restablecimiento de nuestra política exterior, de reafirmar los principios modulares del estado democrático, las libertades, el respeto a la propiedad privada, el emprendimiento, el control de la inflación, el empuje de la educación, el restablecimiento de la seguridad, el respeto y fortalecimiento de la Fuerza Pública, todos ellos debilitados en grado sumo por el gobierno Petro.

    Darío Acevedo Carmona, 24 de octubre de 2023