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  • La gran lección de Israel ante el terrorismo

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    Los gobernantes de Israel entendieron a la perfección que la única manera de responder a quienes claman por su destrucción y predican el exterminio de los judíos, era derrotándolos. Intentaron negociar con gobiernos y organizaciones como Egipto, Al Fatah, Jordania, etc., logrando la paz después de vencerlos en el campo de batalla. A la vez que, a aquellos que insisten en su propósito de "borrarlos del mapa" les da su merecido.

    Es una máxima de la guerra: si no derrotas al adversario, este te derrota a tí.

    ¿Por qué en Colombia, persisten unas anacrónicas guerrillas y organizaciones mafiosas que le hacen la guerra al estado y violentan a la población civil destruyendo los recursos con sus acciones criminales y de terror?

    Cuando por una vez entendimos que era legítimo derrotarlos por la vía de las armas se logró un resultado positivo y contundente para la nación.

    Desafortunadamente, a un presidente embelesado por obtener un nobel de paz, le dio por renegar de la guerra legítima llegando a propagar la idea de que "prestar hijos para la guerra" era inmoral, en videos publicitarios de campaña presidencial y propiciando una negociación de paz fraudulenta en la que los jefes guerrilleros fueron premiados mientras juzgan a cientos de generales y altos oficiales. El pacto de La Habana, derrotado en el plebiscito 2016 convirtió en héroes a los villanos y en bandidos a los defensores de la patria.

    Afirman que vivíamos en una guerra, se aceptó que tenía la forma de un conflicto armado interno a través de una ley, pero, en la práctica condenaron a las Fuerzas Armadas al debilitamiento y de hecho a hacer ver que está mal enfrentar a los violentos que quieren destruir nuestra democracia e imponer sistemas totalitarios. En esas estamos.

    Desenmascaramos el diablo, pero…?

    Hemos desenmascarado el diablo, lo hemos descrito en todas las formas posibles, hemos denunciado sus maniobras encubridoras, hemos dado el debate entre el estado austero y el gigantismo de estado, el estado austero, la separación de poderes. Lo hemos caricaturizado, hemos salido a las calles, también hemos develado su falso discurso contra la oligarquía mientras le da la mano a JMSantos, a ESamper y a Mancuso, hemos criticado su amor por la viaticadera, sus desplantes, sus falsas poses de sabio y maestro. Le hemos adornado su hoja de vida con adjetivos entre mordaces y serios: Cantinflas, camorrero, charlatán, mentiroso, provocador, posudo, amenazador, corrupto, despilfarrador, diletante, etc. Pero el diablo es el diablo y sigue adelante echándole fuego a todo lo que según él le estorba o considera inadecuado.

    ¿Qué nos falta por hacer? ¿Sentarnos a ver las llamaradas de la destrucción mientras llega el 2026? ¿Que destruya el Consejo Nacional Electoral, que se apodere de los medios como ya se ve? ¿Mantenernos divididos y lelos ante el desastre?

    Si lo que hemos hecho ha sido insuficiente estamos en el deber de evaluar en qué estamos fallando: ¿Exceso de retórica quejosa e irónica? ¿En que no queremos entender que la división, descoordinación y egoísmo juega en nuestra contra?

    Si no nos organizamos en un solo y sólido Frente Común por la Democracia y la Libertad y diseñamos una táctica de movilización y salimos a dar la batalla de manera unificada, el diablo y sus diablitos se quedarán echando candela a lo que aún funciona.

    Coda 1: Expresémosle al presidente Uribe toda nuestra solidaridad y apoyemos su solicitud para que se le otorgue el tiempo que se requiere para el análisis de la información que contiene el teléfono y el computador de Monsalve, testigo principal en su contra. Garantías procesales es un deber ineludible de la Justicia.

    Coda 2: El próximo presidente de Colombia, sea hombre o mujer debe aprender y poner en práctica esa lección. Se les hace a los grupos armados ilegales una propuesta que o la toman o la dejan.  Si la toman tendrán beneficios jurídicos, deben entregar armas y bienes para resarcir a sus víctimas. Si la rechazan, hacerles llover rayos y centellas hasta derrotarlos. Hay que CAMBIAR la política del arrodillamiento por la de dignidad y firmeza.

    Darío Acevedo Carmona, 5 de octubre de 2024

  • Petro iguala el terrorismo de Hamas con la legítima defensa de Israel

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    La posición del presidente de Colombia, Gustavo Petro, sobre el atentado terrorista del grupo Hamas contra Israel ha causado estupor, rechazo y desconcierto en el mundo libre y democrático. Lo que yo pueda opinar tanto frente al hecho como ante las afirmaciones de Petro no dejan de ser opiniones, igual que las de muchos analistas que han dado su parecer. Pero, es ahí donde reside la diferencia entre una persona que ostenta una dignidad y la refrenda al presentarse como el “representante constitucional del pueblo colombiano”, y quienes carecemos de esa calidad.

    El presidente colombiano ha demostrado en varios escenarios y eventos una actitud  de desprecio y subvaloración de a quien representa. Es, en tal sentido, un irresponsable, en cuanto en sus discursos ha hecho valer su punto de vista u opinión desconociendo que todo lo que dice y hace compromete al estado de Colombia y a su población. No es un problema simple o inocuo ya que arriesga y pone en entredicho la política de alianzas y relaciones tradicionales establecidas en el largo tiempo y humilla el sentimiento de identidad nacional.

    Su posición respecto de la invasión rusa a Ucrania suscitó temores de ruptura de unidad con la OTAN organización a la que nuestro país fue admitido en calidad de observador. Igual se ve en su política de acercamiento hacia regímenes dictatoriales como los de Maduro en Venezuela y el castrista de Cuba, hacia Rusia e Irán, su posición permisiva ante el delito internacional de narcotráfico, dejando un mensaje de  destrucción de políticas de estado que han sido altamente beneficiosas para Colombia.

    Coincido con quienes sostienen que las políticas de Petro, aunque puedan mirarse como disparates, imprudencias, ligerezas, indiscreción, insensatez, temeridad, descuido, negligencia, necedad o atrevimiento, en esencia hacen parte de lo que para él significa ser y comportarse como un revolucionario.

    Esto nos remite al Petro que no ha dejado de ser lo que siempre ha sido, un guerrillero, y a su soñada revolución socialista. En su comportamiento y forma de ser se puede detectar el desprecio por las instituciones, la burda utilización de la democracia, la trivialización de los valores, la banalización de vicios políticos como el de repartir mermelada (antiguamente llamado clientelismo), el ultraje de los símbolos patrios, a su contemporización con autores de delitos atroces, por las tradiciones y las creencias de la población y la justificación reactiva de las acusaciones por presunta corrupción por señalamientos de sus familiares y alfiles que ya son objeto de intervención judicial.

    En su alocada avalancha de escándalos aflora algo muy particular que él mismo se encargó de sintetizar cuando dijo que el problema del incremento de la criminalidad revelado en encuestas y estadísticas se podía resolver: “si dejamos de llamar crimen al crimen, pues entonces este delito desaparece de las estadísticas” palabras que espetó sin sonrojo.

    Y lo que observamos de ahí en adelante es la consolidación del vicio de inversión del sentido normal de las cosas, de trastrocamiento semántico y de supresión de las diferencias entre dos opuestos, de poses de científico y de profeta del fin del mundo. Esto último es lo que el mundo libre y democrático, incluso gobernantes de izquierda, ha visto con estupor en labios de Petro. No solo no actuó como jefe de estado sino como revolucionario de cafetín, borrando de un tajo la diferencia entre acción de guerra y acción de terror que, con toda claridad, está expuesta en el derecho internacional humanitario y consagrado en el estatuto de la Corte Penal Internacional. Y ubicarse, a sí mismo y a Colombia, del lado de dictaduras, de movimientos terroríficos como Hezbollá, Hamas, Isis, gobiernos de Afganistán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, etc.

    Da lo mismo, en su arrevesada lógica, atacar con terror que defenderse, la muerte de civiles por error o daños colaterales en un combate que el asesinato a ciencia y conciencia, con propósito y conocimiento del hecho. No es sensato que iguale el estatus de un grupo terrorista cuyo objetivo es destruir el estado de Israel y que no representa al pueblo palestino con un estado que desde su fundación ha enfrentado varias guerras de agresión por países que querían y aún desean, como la dictadura iraní, borrarlo del mapa, un estado que, pese a todo, ha intentado negociar con ellos y firmados acuerdos con distintas facciones y sectores palestinos, siempre saboteados por extremistas y fanáticos.

    El terror no es lo mismo que la guerra, es muy grave que eso se confunda. Pues simple y llanamente ser arrasa con años de trabajo de estados que dedicaron recursos y energías a establecer el significado de cada uno de tales eventos.

    Estamos ante la más vulgar destrucción de sentido que permite a los humanos entendernos. ¿Acaso no fue él y sus conmilitones los que, a punta de propaganda, convirtieron el estado y los militares en los victimarios y en héroes a los autores de la atrocidad?

    Coda: La dictadura castrista de Cuba, país sin libertades y sin democracia, que tiene encarcelados a miles de opositores, fue reelecta con apoyo de 146 países, miembro de la Comisión de Derechos de la ONU. ¡Como para re-pensar… ¡

    Darío Acevedo Carmona, 15 de octubre de 2023.

    Darío Acevedo Carmona, 15 de octubre de 2023.